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El cambio climático se refiere al cambio a largo plazo de los patrones meteorológicos globales causado por la actividad humana, en particular por la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera. El gas de efecto invernadero más importante es el dióxido de carbono, que se produce principalmente por la quema de combustibles fósiles como el carbón, el petróleo y el gas. Las consecuencias del cambio climático ya son visibles en forma de aumento de las temperaturas, deshielo de glaciares y casquetes polares, mayor frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos como huracanes, sequías e inundaciones. Estos cambios tienen importantes repercusiones en los ecosistemas, la biodiversidad y la salud humana, como el aumento del riesgo de enfermedades respiratorias, la escasez de alimentos y agua, y la propagación de enfermedades infecciosas. Para hacer frente al cambio climático, es esencial reducir las emisiones de gases de efecto invernadero mediante una serie de medidas, como un mayor uso de fuentes de energía renovables, una mayor eficiencia energética y la mejora de los sistemas de transporte.

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